La Asociación Civil Escuela Canina de Catastrofe (A.C.E.C.C.), se forma en 1995, después del trágico atentado a la sede mutual AMIA, con el primer perro Lupo y su Guia Juan Carlos Lombardi trabajaron las primeras horas hasta la llegada de los equipos con perros de Israel.
Fundada el 13 de octubre de 1995 bajo la personería jurídica IGJ 001761, con la identificación o escudo cuadrado con una cruz roja sobre la misma el primer perro que realizo tareas de búsqueda y localización de victimas en el país. La entidad tiene como propósito de nuclear a nivel nacional, en una única Asociación, a aquellos que se consagran en diferentes títulos a la ayuda con la Unidad Cinofila, defender las prerrogativas y el profesionalismo de él y proteger su imagen.
Como estatuto, de A.C.E.C.C. da asignación y rige el servicio de cuánto la siguen, para los propósitos humanitarios, la educación o la dirección de Unidad Cinofila, eligiendo a él como intermediario entre las Instituciones, cuerpo Corporativo o Privados que, para la necesidad, piensa usar a la unidad Cinofila para la búsqueda de personas desaparecidas y, en caso de la calamidad, para la búsqueda de posibles sobrevivientes.
Entre otras asignatura estatutarias, el A.C.E.C.C. se establece para perfeccionar las intervenciones de las Unidades Cinofila a través de una evaluación en tiempos reales de la necesidad para prestar la ayuda en el le tiempo más breve posible.
La A.C.E.C.C. interviene en caso de la emergencia en el momento correcto.
Las Unidades A.C.E.C.C. participan periódicamente en el esfuerzo de rescate real y demostraciones de carácter educativo y didáctico.
Las especializaciones diferentes de las Unidades Cinofilas son:
- Odorología específica para peritaje de olor
- La búsqueda de personas bajo los escombros o estructuras colapsadas
- La búsqueda de personas perdidas en la superficie o zonas rurales
- La búsqueda de personas enterradas bajo alud o deslizamientos de tierra
- La búsqueda de cadáveres
- El rescate de personas en el agua.
- Las escuelas y cursos